"El taller del pintor, alegoría real, determinante de una fase de siete años de mi vida artística (y moral)", 1855
-Museo d´Orsay (París, Francia).Realismo. Óleo sobre lienzo. Dimensiones: 359 cm x 598 cm.
Este material está en dominio público en Estados Unidos y en los demás países donde el derecho de autor se extiende por 100 años (o menos) tras la muerte del autor.
lo que es siete años del pintor eso es intangible y no significa que no sea concreto ni menos particular. tenemos el preconcepto de decir que "la obra de arte habla por si sola" cuando existen relaciones que no son tan concretas, deberiamos aprender a valorar esos intangibles, esos valores se pierden, los objetos no los tenemos aquí siempre sino es imagen, esos intangibles, el cuadro no esta aquí, ha llegado por libros o por imagenes de la internet, son intangibles que se desprecian, y comenzamos a responder con un inventario esto es eludir "el hacer" de esa obra de arte, ninguna obra de arte se hace en el vació, demanda un tiempo, energia dinero etc.
Courbet: Este cuadro del artista es un fiel reflejo de su temperamento y su condición política. Cuando en 1855 presentó este cuadro junto con otros en la Exposición Universal de ese año, fue rechazado. Courbet creó paralelamente un Pabellón del Realismo, antecesor de los famosos Salones de los Rechazados.
Personajes: El cuadro evidencia todas las etapas e influencias de Courbet. A la izquierda encontramos las personas de clases bajas, retratadas de forma realista.
Paisaje: Siguiendo con la idea de representar en el cuadro todas sus influencias, Courbet aquí pinta uno de los géneros que cultivó: el paisaje. En concreto, un paisaje de Ornans.
San Sebastián: El cuadro también se representa como un Juicio Final, con los olvidados a la izquierda y los intelectuales a la derecha. En el centro está San Sebastián atravesado por las flechas, que representa la Academia.
Pastor: Un pastor inocente observa la escena. Es uno de los espectadores ideales, puros, de Courbet.
Mujer: Su musa desnuda aparece como la parte más sensual de la observación. Es otro de los espectadores ideales para Courbet, representando una Alegoría de la Verdad.
Pecho: En la parte izquierda, la de la miseria, representa a una mujer dando el pecho. Simbolizaría la hambruna, la miseria.
Elementos: Representa un sombrero y un puñal como la poesía romántica;
Prensa: Una calavera sobre un periódico representa la prensa.
Burgués: Según unos autores el burgués representado sentado podría ser el propio abuelo de Courbet, pero para otros es el ministro de economía recaudando fondos para el golpe de Estado.
Baudelaire: En el lado de los intelectuales se encuentra Baudelaire, simbolizando la poesía.
Burgueses: Unos espectadores visitan el taller del artista, mientras su hijo a los pies dibuja en un papel. Simboliza el estudio y el interés cultural.
Amor: En segundo plano se encuentra una pareja que se abraza, símbolo del amor libre.
Intelectuales: En el fondo están Proudhon, su amigo Brujas, Promayet y Buchon.
Color: El tono que predomina es el marrón, el oscuro, muy influenciado por las obras barrocas que veía en el Louvre y que tanto le maravillaban.
Champfleury : El crítico de arte está sentado en un taburete, observando la escena.
Ventana: Una ventana ilumina la escena. Curiosamente, el foco se centra en la figura del centro, el artista, el mediador de la escena y protagonista.
Este cuadro-manifiesto, fue rechazado por el jurado del Salón, siendo la estrella de la exposición particular que Courbet organiza en margen de la Exposición Universal de 1855. Su subtítulo -Alegoría real determinante de una fase de siete años de mi vida artística y moral – proporciona el alcance del ambicioso y un poco enigmático propósito del pintor. "Es el mundo que viene a hacerse pintor a mi casa", precisa Courbet "en la derecha, todos los accionistas, es decir los amigos, los trabajadores, los aficionados del mundo del arte. En la izquierda, el otro mundo de la vida trivial, el pueblo, la miseria, la pobreza, la riqueza, los explotados, los explotadores, la gente que vive de la muerte".
En la parte derecha, reconocemos en particular el perfil barbudo de Alfred Bruyas, y detrás de él, de frente, el filósofo Proudhon. El crítico Champfleury está sentado encima de un taburete, mientras que Baudelaire está ensimismado por la lectura. La pareja del primer plano viene para personificar a los aficionados de arte y, cerca de la ventana, dos amantes representan al amor libre.
Respecto a la "vida trivial", encontramos a un párroco, un comerciante, un cazador, que podría tener los rasgos de Napoleón III°, o también un obrero inactivo y una mendiga que simbolizan la pobreza. Observamos también la guitarra, la daga y el sombrero que, con el modelo masculino, estigmatizan el arte académico. La identificación de estas figuras sigue siendo sin embargo incierta.
En el centro, como un mediador, el artista, en persona, está acompañado por figuras benevolentes: una mujer-musa, desnuda como la Verdad, un niño y un gato.
Se emitieron las más diversas especulaciones, en cuanto al sentido real del cuadro. Con El Taller del pintor, Courbet replantea las jerarquías de los géneros, proporcionando a su manifiesto personal el rango y el formato de la más prestigiosa pintura de historia.
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